Desde hace muchos años estoy al tanto de los temas relacionados con lo que llaman “la conspiración”. Concretamente desde un poco antes del atentado del 11S en el WTC. Con ese suceso se dispararon ciertas teorías que me llamaban la atención y desde entonces las sigo atentamente. Y al final, todas se enlazan y unas llevan a otras. Algunas me cuadran, otras no, otras no sé qué pensar… pero siempre mantengo la mente abierta, y no descarto nada por disparatado que parezca porque como decía aquel: “yo sólo sé que no sé nada”. Vivo conforme a los acontecimientos y me mantengo atento a la ¿realidad? (qué poco me gusta esta palabra). Lo cierto es que esos temas son vistos por la mayoría de las personas con total incredulidad, eso cuando no son despreciados y ridiculizados. Y viendo a algunos de los defensores de esas teorías no me extraña. Yo no sé nada, vale, pero sospecho que las cosas no son como nos las cuentan, y que ni si quiera son como las vemos. En cualquier caso, eso es más filosofía y metafísica que nos llevaría a un debate que no acaba nunca. Yo voy en este post a hechos concretos, a ciencia, a cosas palpables, a medios oficiales.

Una de las teorías de la conspiración es aquella que habla del control total sobre la población del planeta, junto con una reducción de la misma para favorecerlo. Y dentro de esa conspiración, llevo años leyendo acerca de la intención de las élites mundiales a implantar un microchip en las personas mediante el cual controlarían todos sus movimientos, datos, movimientos bancarios, accesos, etc. Los que la defienden sostienen que será la herramienta mediante la cual conseguirán ese control total y esa monitorización de todas las personas. No tener el chip sería equivalente a no tener dni, ni tarjeta de la seguridad social ni dinero. Además, iría controlado por radiofreciencia monitorizado por satélites, tan localizable como un móvil. Suena peligroso. En realidad, esta teoría va mucho más allá y habla de campos de concentración FEMA donde las personas que se opusiesen al implante del microchip serían llevados. Hay miles de videos y de blogs en la red hablando de esas cuestiones. Lo malo de estos vídeos es que uno siempre piensa: “vale, pero ¿esto cómo lo sabes? ¿De dónde sale? ¿Cómo sé que no es una paranoia extendida?”. Entonces, simplemente observo y sin juzgar, espero haciendo mi vida lo más normal que me dejan.

Pero esta vez, he de reconocer que he quedado absolutamente sorprendido. Mi colega Juan, con quien comparto estas aficiones y charlamos sobre ellas como el que charla de fútbol o cualquier otro tema, me llamó al móvil mientras revisaba el correo después de toda la tarde en el estudio y me dijo: “Jorge, pon La 2 ahora mismo”. Y resulta en en las noticias de La 2 encontramos esta información que aparece a partir del minuto 13:37:

 

Desde luego, el tema microchip en humanos y cómo los gobiernos obligarían a los ciudadanos a usarlo con la excusa de mejorar sus vidas sonaba a ciencia-ficción, a lejano, a disparate… Pero como nunca descarto nada, ahí estaba la idea. Y ahí lo tenemos, en La 2, vendiéndolo como algo bueno y moderno. Y diciendo claramente al final que en un futuro los gobiernos podrían obligar a todas las personas a su uso, para ficharnos como a perros. Si te interesa el tema o te despierta curiosidad, no tienes más que poner en Google “chip RFID en humanos”. Aparte de encontrar muchos artículos, tendrás la oportunidad de ser fichado por las bases de datos de Google y las élites como posible futuro disidente :P

Y una vez más, este es otro suceso que me recuerda el video de marras que ya comenté en el post anterior, donde todo es cuestionable pero parte de él se parece sospechosamente a lo que hoy vivimos y a lo que ha estado pasando.

Que nuestra privacidad pasó a mejor vida desde que llegaron los móviles e internet no es nada nuevo. Al fin y al cabo parece que la utilizan para que Google nos lance los anuncios que nos interesan, lanzarnos publicidad, hacer estudios de mercado y poco más (que no es poco). Pero si esta teoría de la conspiración fuese cierta, las cosas se tornarían muchísimo más siniestras de lo que ya son.

El arma más potente del opresor es la mente del oprimido.
Steve Biko

Quien no quiere ver, no ve. Quien quiere ver, ve. Que cada uno saque sus conclusiones. O no, o que cambie de tema. En cualquiera de los casos, que los Anunnaki nos pillen confesaos ;)

=HoZoNe=

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Comentarios.

  1. jennifer

    abril 15, 2015 (00:03) Responder

    Bueno nos queda la “esperanza” se seguir conociendo, saboreando y disipando ese “yo no ser” que nos persigue en silencio.

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